El tiempo de instalación puede variar según el tamaño del sistema y la complejidad de la estructura de tu hogar. En general, una instalación residencial típica puede tomar entre 4 y 7 días una vez le asignemos el día para comenzar el trabajo de instalación según la disponibilidad. Sin embargo, es recomendable programar una evaluación personalizada para obtener una estimación más precisa según tu caso específico.